LAS TRES REJAS
El joven discípulo de un
filósofo sabio llega a su casa y le dice:
-Maestro, un amigo estuvo
hablando de ti con malevolencia…
-¡Espera! -lo interrumpe el
filósofo-. ¿Hiciste pasar por las tres rejas lo que vas a contarme?
-¿Las tres rejas? -preguntó
su discípulo.
-Sí. La primera es la
verdad. ¿Estás seguro de que lo que quieres decirme es absolutamente cierto?
-No. Lo oí comentar a unos
vecinos.
-Al menos lo habrás hecho
pasar por la segunda reja, que es la bondad. Eso que deseas decirme, ¿es bueno
para alguien?
-No, en realidad no. Al
contrario…
-¡Ah, vaya! La última reja
es la necesidad. ¿Es necesario hacerme saber eso que tanto te inquieta?
-A decir verdad, no.
-Entonces… -dijo el sabio
sonriendo-, si no es verdad, ni bueno ni necesario, sepultémoslo en el olvido.
Fin